20 abril 2024

Descubrimientos recientes advierten sobre amenaza latente bajo el permafrost y su impacto en el calentamiento global

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Los científicos están alertando sobre una amenaza que se esconde bajo el permafrost y que podría acelerar el calentamiento global. Este problema surge debido al aumento de las temperaturas de las corrientes y los deshielos, lo que podría desencadenar la liberación de enormes bolsas de metano, con consecuencias devastadoras para el clima.

Expertos en climatología, preocupados por el posible colapso climático, están advirtiendo sobre un peligro aún mayor de lo esperado. El foco de preocupación se centra en el permafrost de Svalbard, y científicos han publicado sus hallazgos en la revista Frontiers in Earth Science. Estos hallazgos revelan la presencia de enormes bolsas de metano que podrían acelerar el cambio climático, generando impactos devastadores.

El estudio liderado por Thomas Birchall, de la Universidad Central de Svalbard (Noruega), revela que el permafrost es la única barrera que separa estas vastas reservas de metano del entorno. El descubrimiento se produjo durante una exploración con perforadores, evidenciando la preocupante situación en la que se encuentra esta capa de hielo permanente, que podría dejar escapar grandes cantidades de metano, provocando graves consecuencias ambientales.

Estudios anteriores en la región de Siberia ya sugerían la existencia de grandes depósitos de metano, pero ahora se confirma la presencia de millones de metros cúbicos de este gas, con el permafrost en peligro de no poder contenerlos por mucho más tiempo. Según Birchall, aunque la filtración actual de metano es baja, el retroceso de los glaciares y el deterioro de la delgada capa de hielo podrían desencadenar la liberación de este gas en cualquier momento, generando un impacto imprevisible en el clima.

Este descubrimiento se suma a otras preocupaciones medioambientales, como el posible colapso de la Corriente del Golfo. Sin embargo, en este caso, se trata de la liberación de un gas que contribuiría al efecto invernadero, agravando el calentamiento global y, a su vez, acelerando el deshielo, lo que provocaría la liberación de más metano en un ciclo de consecuencias impredecibles y, sin duda, negativas para el planeta.